Y llegar al punto de saber que estoy acá, escribiéndote, sola, desde casa… desde mi silla...
Con ganas de poder tenerte acá y apretarte fuerte.
De pensar que si lo hago lo suficientemente fuerte, nadie va poder separarte de mi. De pensar que puede ser para siempre… y que ese para siempre puede haberse cerrado en el ultimo instante que vi luz; en el ultimo instante en que nos rozamos, o en el ultimo instante que miramos lo que era el afuera.
El saber de que así me puedo arruinar, que me puedo estancar, y de querer inventar un termino nuevo para poder definir mi sensación. El saber de que lo podemos echar todo a la deriva, sin más nada que perder. Que podemos perdernos en cada uno de si mismo.
De saber de que puede ser una terrible mierda, o el peor de mis pecados… o lo que carcoma mi conciencia de acá al resto de mis años. Quizás una decisión importante, interesante, lo único mas trascendente de mi cuerpo… mi mente.
Tener ganas de poder cerrar los ojos y cuando abrirlos, estar ahí: donde estoy deseando estar. Y al mismo tiempo, el clic, que me dice: esto es un sueño.
Pero pude ser uno de esos que yo llamo sueños tangibles, sueños sensitivos.
¿A quien no le paso? Despertarte con esa sensación de que no estabas dormido, de que no era un sueño, de que era lo que pasaba: aquí y ahora. De saber que lo sentiste, que lo escuchaste, que lo viste y que lo viviste. Y que en realidad eso que ves en un parpadeo, es la parte del sueño.
De que las realidades y las fantasías, en realidad están invertidas, y que nada es lo que uno cree que es, hasta que lo siente.
Llegar al gris, y a no poder discriminar que es conciencia y que inconciencia, que sea todo una misma masa. Un gran GRIS.
Como tus ojos, como tu pelo, tu piel, tus huesos y tu ropa. Como la mochila de la vida que cargas a tus espaldas, y de la que pude ser participe… o la espalda a la que también supe aliviar.
Saber que se puede estar arruinando todo, y no ME importa... Que todo lo demás no es nada.
Y al final ¿Es cierto entonces lo que dicen? Que el amor a primera vista o a última vista existe.
Lastima que n o lo puedo compartir con quien quiero, con vos, que estas ahí… y que seguís como si nada caminando, vos por tu sendero yo por mi bosquecito verde; que en un punto nos desviamos, y nunca mas nos vamos a volver a cruzar.
Que todo se termino. Y que tus pasos son de indiferencia, es ahí cuando caigo en cuenta de que los míos también lo son.
Y de que ya pasaron minutos, horas, días, meses, años... y que la imagen queda nítida como si fuese acá y ahora.
Y acá termina todo, donde empezó, yo sentada acá, en mi silla... En mi casa, con mis cosas... y con lo que me falta.
Con millones de preguntas y millones de respuestas, sin conexión entre si.
Con ganas de poder tenerte acá y apretarte fuerte.
De pensar que si lo hago lo suficientemente fuerte, nadie va poder separarte de mi. De pensar que puede ser para siempre… y que ese para siempre puede haberse cerrado en el ultimo instante que vi luz; en el ultimo instante en que nos rozamos, o en el ultimo instante que miramos lo que era el afuera.
El saber de que así me puedo arruinar, que me puedo estancar, y de querer inventar un termino nuevo para poder definir mi sensación. El saber de que lo podemos echar todo a la deriva, sin más nada que perder. Que podemos perdernos en cada uno de si mismo.
De saber de que puede ser una terrible mierda, o el peor de mis pecados… o lo que carcoma mi conciencia de acá al resto de mis años. Quizás una decisión importante, interesante, lo único mas trascendente de mi cuerpo… mi mente.
Tener ganas de poder cerrar los ojos y cuando abrirlos, estar ahí: donde estoy deseando estar. Y al mismo tiempo, el clic, que me dice: esto es un sueño.
Pero pude ser uno de esos que yo llamo sueños tangibles, sueños sensitivos.
¿A quien no le paso? Despertarte con esa sensación de que no estabas dormido, de que no era un sueño, de que era lo que pasaba: aquí y ahora. De saber que lo sentiste, que lo escuchaste, que lo viste y que lo viviste. Y que en realidad eso que ves en un parpadeo, es la parte del sueño.
De que las realidades y las fantasías, en realidad están invertidas, y que nada es lo que uno cree que es, hasta que lo siente.
Llegar al gris, y a no poder discriminar que es conciencia y que inconciencia, que sea todo una misma masa. Un gran GRIS.
Como tus ojos, como tu pelo, tu piel, tus huesos y tu ropa. Como la mochila de la vida que cargas a tus espaldas, y de la que pude ser participe… o la espalda a la que también supe aliviar.
Saber que se puede estar arruinando todo, y no ME importa... Que todo lo demás no es nada.
Y al final ¿Es cierto entonces lo que dicen? Que el amor a primera vista o a última vista existe.
Lastima que n o lo puedo compartir con quien quiero, con vos, que estas ahí… y que seguís como si nada caminando, vos por tu sendero yo por mi bosquecito verde; que en un punto nos desviamos, y nunca mas nos vamos a volver a cruzar.
Que todo se termino. Y que tus pasos son de indiferencia, es ahí cuando caigo en cuenta de que los míos también lo son.
Y de que ya pasaron minutos, horas, días, meses, años... y que la imagen queda nítida como si fuese acá y ahora.
Y acá termina todo, donde empezó, yo sentada acá, en mi silla... En mi casa, con mis cosas... y con lo que me falta.
Con millones de preguntas y millones de respuestas, sin conexión entre si.
" Hoy vas a ser la mujer que te de ganas de ser.."

No hay comentarios.:
Publicar un comentario